La fe no es una carrera de velocidad; es más como una caminata lenta y cuesta arriba, donde no siempre estás seguro si empacaste los snacks correctos. Ya sea crecer espiritualmente, encontrar algo de estabilidad emocional o descubrir cuál es tu propósito en la vida, todo comienza confiando en Dios y dando un pequeño y valiente paso. Salmo 143:8 nos recuerda verificar con Dios cada mañana (antes de que cuente el café) y dejar que Él marque el rumbo. En esta serie, descubriremos cómo dejar que Dios lidere transforma nuestras vidas, fortalece nuestras relaciones y nos ayuda a vivir con un propósito real—sin necesidad de un mapa perfecto.